La Merced, Querétaro y Santa


El padre <Santa>

Un sacerdote que dedicó la mayor parte de su vida a consagrar familias a los Sagrados Corazones de Jesús, María y José, nunca pedía nada a cambio, al contrario, si podía te ayudaba con lo que tuviera a su alcance. A pesar de sus dolencias físicas tenía siempre a flor de piel palabras de aliento y chistoretes blancos con los que siempre sacaba una carcajada o al menos una sonrisa en todo aquel que lo escuchara. Los que acudimos con él, nunca quedamos defraudados, siempre estaba atento a las necesidades de las personas que se le acercaban. Sin duda, un sacerdote excepcional que conocía el don de la gratuidad.

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